El Flautista en las Puertas del Alba
Hay quienes consideran el primer álbum de Pink Floyd como el mejor de la banda. Está tan lejos de `Dark Side…´ y `The Wall´ que es difícil creer que fueran grabados por la misma banda. De hecho, no lo era. El maníaco, errático, impredecible y poco confiable Syd Barrett era claramente su líder y, por más que no lo parezca ahora, Rick Wright era la segunda fuerza musical.
Piper fue el bebé de Syd Barrett, gran parte de su atmósfera hasta su fusión única de psicodelia, pop e inocente sensibilidad infantil. Syd tomó el título del disco del capítulo siete de la novela para niños `El viento entre los sauces´ de Kenneth Grahame, en la que Rata y Topo se encuentran con el gran Dios Pan. Pan, mitad hombre, mitad cabra, era el dios de los rebaños, bosques y campos, vagando por las montañas y grutas de Arcadia se divierte jugando con las ninfas y sus pipas. Rata y Topo lo encuentran como una visión de oro, de ensueño, después que Rata llevara a Topo a "el lugar de mi canción de sueño.... el lugar santo". Retratado en el libro como amistosa, pero poderosa fuerza naturalista, Pan viene para ayudar a los animales en la búsqueda de un cachorro de nutria perdida.
Esta forma sencilla en la que Grahame transmitía conceptos espirituales profundos a sus jóvenes lectores intrigó a Syd, que lo tomó como base de su enfoque para realizar este álbum. Ya sea a través de LSD o no, Syd solía decirle a sus amigos de cómo había conocido a Pan y había sido inculcado con el espíritu natural del bosque. "El pensaba que Pan le había dado el conocimiento y la comprensión del funcionamiento de la naturaleza", recuerda Andrew King. "Se formó a sí mismo en su propia visión holística del mundo." Visto en este contexto, Piper no es sólo un álbum pastoral de fantástica psicodelia inglesa, sino un conjunto de canciones que refleja una profunda preocupación por la mística, la naturaleza y el lugar del hombre en el universo - sin darse cuenta, un álbum de concepto gnóstico.